domingo, 25 de novembro de 2018

Cuatro días en la nieve y una churrascada en el Xalo

No se trataba del viaje de Sam y Frodo al Monte del Destino en el Señor de los Anillos, pero casi. Me propuse hace meses visitar la zona pirinaico aragonesa y más concretamente el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, puedo decir no sólo que ha merecido la pena sino que es una experiencia que no olvidaré. Pero como digo en mis crónicas, empecemos por el principio.
Aciaga se presentaba la previsión metereológica, pero ahora no había vuelta atrás así que el lunes rapté un avión el Alvedro con destino a Barcelona donde pasaría la noche antes de recorrer los casi trescientos quilómetros que me separaban de Viu, mi destino. Había, ya hace meses, alquilado un duplex en Casa Bergua, y creo que fue un acierto total. Pero el viaje, en coche de alquiler fue como la Odisea de Homero. Confiado después de una gran parte de autovía llegué a Aínsa donde los termómetros marcaban -1 grado. Hacía frío, paré a comprar provisiones en el Día y comerme un pedazo de pepito de pollo y seguir mi ruta. Fue dejar Boltaña y empezar a subir, al principio sólo curvas, precipicios, barrancos, ohhhh....que bonito...poco a poco empezó a aparecer el blanco, primero con timidez pero poco a poco sólo seguía las marcas de los neumáticos de mis predecesores. Ni rastro de las máquinas quitanieves, iba en segunda, subiendo y aquello ya era nieve de verdad, despacito e intentando no pisar el freno llegué a Broto. Aquello era un paraíso pirenaico, si no fuera porque yo estaba metido en un coche que no controlaba y la carretera estaba imposible. Pero un gallego nunca se detiene, así que me quedaban cuatro quilómetros, no era plan quedarme aquí, el puerto de subida estaba abierto, así que tiramos. El caso es que un flipado detrás mía, supongo que militante de esta tierna región, se le dió por adelantarme, e  que non hai sentido pensé, y unos cientos de metros más allá y después de una curva me lo encuentro cruzado en el medio de la carretera. Como ya le dije a alguién no se ni lo que hice, pise el freno de pie(agua), el de mano (agua), freno motor (agua), casi saco el pie tipo Mr Bean para frenarlo pero la suerte quiso que me cruzara yo también y quedara a escasos metros del bellaco de delante. Después de doscientas maniobras sobre la nieve para enderezar el coche, sudando bajo la nieve, conseguí reanudar la marcha. Esto sólo me puede pasar a mi- pensé. Un infierno blanco de dos quilómetros después llegué a mi destino no sin dificultades pero con esa sensación de alivio que te llena cuando hacía solo minutos lo veías todo negro. Alli me esperaba calefacción, wifi y una casita para mi solo. Eso sí, primer día y ni wifi, ni teléfono ni nada. Al rato, Enrique, el dueño me vino a explicar que la nevada era de las primeras de la temporada, que había cogido en bolas a todos, a las máquinas quitanieves, a ellos, a los del tiempo, y se había cargado todas las comuniciones. Empezamos bien Rober. Como compensación y al explicarle que mi idea era hacer rutas me acercó a ver el principio de una y decidí que al día siguiente ese sería mi destino.
Se trata de la ruta del Sorrosal. Imperdible si venís, desconocida totalmente, pero para los que tengais wikiloc ya no hay perdida. La empecé al revés por el camino fácil, que subía desde los Mil metros más o menos en los que nos encontrábamos a los casi 1800 del refugio de la Jaya, mi destino. La subida era progresiva, tanto en altitud como en nieve, descubrí una cosa, que cuanta más nieve mejor se anda, eso sí, hasta que te llega a la rodilla que ahí ya se hace difícil. No llevaba nada, ni bastones, ni raquetas ni crampones, es que no me cabía nada en la maleta de mano. No me hicieron falta. Al llegar arriba sólo se veía blanco, era tan bonito ver las montañas nevadas, la nieve cayendo, que sólo podía abrir la boca asombrado y sacar fotos, claro. Paré a descansar en el refugio, dónde unos amables guardas acababan de irse y dejado los rescoldos de un fuego nocturno. Calentito, pensé que ahora sólo me quedaba bajar y lo bonito que hubiera sido poder ir desde allí a la Tendeñera y a los colmillos de la montaña de Ato, pero si no se puede casi llegar aquí imaginaros a más de dos mil metros. Habrá que volver, pensé. Ahora el principal problema radicaba en encontrar el camino de bajada de la ruta, que al hacerla al revés ya no es tan fácil. Me asomo y sólo veo caídas libres hacia el valle y no veo ningún camino que seguir con claridad, sopeso la posibilidad de volver por donde vine, pero como viene se va, rendirse jamás. Veo un pequeño riachuelo que baja la montaña y decido acompañarlo, eso sí, con el culete bien pegado a la nieve, y voy bajando rebotando y disfrutando, para que engañaros. Cuando llego abajo y miro hacia arriba pienso que como tenga que volver voy de culo. A partir de aquí mera intuición, siguiendo el valle hacia abajo y buscando el cauce del río Ara. Y la suerte quiere premiar mi osadía con una Cola de Caballo de la que no se ni el nombre. Es un espectáculo tan grandioso que me quedo como un tonto un buen rato allí entre nieve, hielo, agua y la naturaleza en estado puro. Me doy cuenta que con aquella cascada empieza el cauce del río, así que a partir de aquí todo es más fácil, sigo ya el camino que se empieza a ver entre la nieve y a pesar de algún que otro resbalón sin importancia llego a la segunda cascada, esta sí, de la que tenía referencias. Ahora el camino baja paralelo al río, por la senda del soaso, ya en dirección a Linas en una bajada espectacular en la que el blanco de la nieve, el marrón del otoño y el verde de la naturaleza se mezclan formando una amalgama difícil de olvidar. Llego al puente de A pasata riendo solo, feliz y de allí al final, nuevamente acompañado por las vacas, fieles amigas, hasta Viu. 17 kms y casí 2000 de desnivel. Para ser el primer día no está nada mal. La lluvia está empezando a remitir y para el día siguiente dan buen tiempo con lo que podré cumplir mi sueño de ir a Ordesa.
A las nueve como un reloj estoy en la entrada del parque. Sólo hay currantes y guardia civil. Primera mala noticia al entrar, la senda de los cazadores y la faja Pelay están cerradas ya qeu es imposible ir por allí sin matarse. Una pena, pero tenemos la ruta clásica, la que va de la pradera de Ordesa hasta la Cola de Caballo. Allí me dirijo, sumido en mis pensamientos y mis dudas existenciales. Al principio sin casi desnivel pero poco a poco cogiendo altura y empezando a ver el manto blanco. La primera sorpresa las Cascadas de la Cueva y el Estrecho. Es en esta última donde hago una maldad. Me salto las barandillas que separan donde se puedo y donde no se puede pasar, no hagáis esto nunca niños, y con cuidado bordeo las piedras, cruzo el río y llego a la base de la cascada. El que no haya estado allí no entenderá lo que supone esa visión, pero estar allí, tan cerca, viendo como cae, como brota el agua del cielo infinito, como se mete en la cueva y así eternamente, supone algo incomparable. Tras un rato en extasis decido que aún me queda mucho por ver así que sigo subiendo, cada vez con más nieve a mis pies, al principio siguiendo la senda de los vehículos se anda, pero poco a poco se complica, antes de llegar al Circo de Soaso veo los carteles de peligro de aludes, la suerte es que hace buen día, pero el Sol no lo está petando. Y remontando ya el río me encuentro a un montón de gente, Guardia Civiles, trabajadores del parque, montañeros, todos juntos y me piden que les saque una foto junto a una placa. Yo lo hago encantado y al despedirme me dicen que voy a ser el primer montañero en cruzar la placa que desde ese día conmemora el Meridiano cero y los cien años del parque. Yo me siento genial aunque les digo que para montañero me quedan muchos años por delante. Continúo, ahora subida por hielo, nieve, escaleras.....se hace duro. Y llego al circo de Soaso. Espectacular. Un valle enorme, pero esta vez es un valle blanco. Casi no se ve, pero al fondo está nuestro destino. En cuanto avanzo un poco me doy cuenta de que no será tan fácil. La nieve esta por mis tobillos y cada paso se hace más difícil. Así hasta un refugio a medio camino que viene genial para descansar, beber un poco de agua y pensar. Tengo que llegar a la cola de caballo como sea, pero se está haciendo difícil. Sigo avanzando, tan despacio, eso o la distancia era mucho más de lo que pensaba. Hay zonas donde la nieve llega casi a la rodilla. Voy siguiendo el camino a duras penas y finalmente consigo llegar al final del circo y escondida, tímida, en un rocodo del camino, me espera ella en todo su esplendor, y de repente todo el cansancio, el agobio, e frío, se va de repente y sólo tienes ganas de tocarla, me mojarte con ella, de vivir aquel momento único y saber que pese a todo, lo conseguiste. Me siento sobre la nieve, total, ya no siento el culo, y allí me tiro un buen rato pensando.
Bajar, a pesar de  tener que volver a recorrer los casi dos quilómetros y medio de circo nevado, se hace más fácil, sin sacarme la sonrisa, cuando soy capaz de levantar bien las piernas me pongo a correr por la nieve, qué bonito, como mola, y así hasta la bajada por escaleras que ya la hago rápido pero con sentidiño. Es aquí donde empiezan a aparecer turistas, yo pienso que son las doce largas de la mañana y que a las cinco y media es de noche, la gente a veces por no madrugar no es muy consciente. La bajada no sólo es rápida, es espectacular. Un trail aquí tiene que ser un lujo , lo que disfrutaríamos haciendo esto a toda leche. Me queda la pena de no poder volver por la otra ruta, pero lo dicho, que habrá que volver.
Al día siguiente el mal tiempo vuelve a reinar y otra vez me levanto con un manto de nieve que todo lo cubre, así que bajo a Broto a visitar la Cascada del Sorrosal, preciosa y muy accesible,  a tomarme un café y analizar todo lo analizable, dejar volar los sentimientos. Cuanto más alto menos aire llega al cerebro no?. A mi me llega para poder darle una vuelta a todo el mundo de los vivos.
No fui capaz de visitar a mi querido Monte Perdido, la montaña calcárea mas alta 3355 metros, sólo verla de soslayo, pero me voy con la inmensidad por bandera y dándome cuenta de lo insignifacante que ante ella son nuestros problemas mundanos. Quizá si relativizaramos todo un poco e intentásemos ser más felices y hacer más felices a los que nos rodean todo iría mucho mejor. Os lo dice alguién, los que me conoceis lo sabéis de buena tinta, que está pasando un momento pésimo, rodeado de desastres y negativismo , pero que se niega a no darle una sonrisa a la vida. Algún día la suerte cambiará.
Pero este día no sería al día siguiente, fecha de mi vuelta, asi que segundo retraso de mi avión y ya desechada mi participación en la carrera nocturna del Xalo al menos llegar para el churrasco, digo yo. Otra odisea de vuelta, pero eso sí, esta vez cumpliendo tiempos aproximados llegué a Coruña a las diez de la noche y corriendo para Castelo. Allí estaban mis amigos Oscar, Feli, y Lupe, mi amiga Lupe, otra vez ganadora, conste que poco antes de empezar la carrera le había dicho que iba a ganar y sacarle seis minutos a la segunda. Acerté, lo del tiempo de potra, pero acerté. Una cervecita, una ración de churrasco, bolla, café, un recinto aclimatado, Rosa, Manuel, Gelo....poco más se puede pedir, acabar las vacaciones rodeado de amigos te ayuda a dejar atrás la visión de que el lunes volverás al trabajo con muchas cosas que cambiarán después de tres semanas y la certeza de que posiblemente sean los últimos meses junto a estos compañeros. Me apena, pero me gusta ser realista y afrontar siempre, valga la rebuznancia, de frente, los problemas. Cuando un camino se cierra, y eso lo sabemos muy bien los de la montaña, siempre habrá otro para seguir avanzando, y el miedo rara vez nos arreda de nuestro destino. Un destino muchas veces caprichoso, que se empeña en poner piedras bajo nuestros pies pero con la ayuda de la luz de los que nos rodean siempres seremos capaz de sortear.
Cuatro días preciosos en la nieve de Ordesa y el Monte Perdido y un final de fiesta en la churrascada del Xalo. Mereció la pena.













domingo, 18 de novembro de 2018

Trail Mosteiro de Caaveiro: Un final feliz

E todo o que comeza ten un final. O trail de Caaveiro marcaba o Ocaso da miña primeira temporada no mundo do monte, e tamén do mundo das crónicas. Ogallá nestes meses fora capaz de transmitir todo a paixón coa que os que me coñecedes sabedes que afronto cada unha das problas, e en realidade a maioría das cousas da miña vida.  A única pretensión que tiña cando escribín a miña primeira crónica de aquel trail de Cariño era expresar e compartir, se conseguín nalgún momento chegar o corazón dalgún de vos doume máis que por satisfeito. O que para min era un mundo descoñecido convertíuse na miña segunda casa, no meu refuxio, nese lugar de sentimentos máxicos, o meu Macondo particular.
Hoxe, despois de compartir tantas cousas con tanta boa xente, e tantos quilómetros de monte, ríos, bosques, montañas, tantos terceiros tempos, tantos bos e malos momentos, creo que son mellor persoa e iso e algo que non se consigue con diñeiro.
Pero estamos no trail Mosteiro de Caaveiro, un dos máis queridos polos traileros de Mordor, e fixo honor a súa sona. A historia comezou temprano e cun protagonista novedoso nesta historia, Xoel, que me acompañou por primeira vez grazas a ludóteca que montou a organización de Eventi. Escasos quince minutos dende a miña casa a As Neves, cunha animada conversa, todo o que se pode falar cun neno de tres anos a estas horas da mañán. Chegamos e aparcamos pretiño da meta e dirixímonos a caza do dorsal, unha vez no noso poder seguimos as indicacións de Blas para ir cara a Gardería que estaba na meta, a escasos 700 metros de alí. Un paseíño que hai que ir acostumando esas perniñas para o futuro😉😉😉. Pasei un ratiño con el namentres se adaptaba o lugar e cando non houbo lugar a dúbidas saín coma un foguete para ver a saída da longa. Unha carreira na que estaba apuntado pero tiven que renunciar polos meus problemas nos pes e por Xoel, a súa primeira vez millor pouco ratiño. Alí estaban Fede, Iago, Edgar, Barry, Enrique, Luis, Rosa, Manuel, Tina, Luis Javi e Cris e un largo etcetera de amigos do monte. Alá foron os valentes e eu fun a cambiarme, prepararme para a miña batalla particular. Rematada a miña praxis case relixiosa de tódolos ante-trails fun co meu macuto para a saída, e alí encontrei a Jose do Pasa ou Entorna, a Rafa, os meus compis Angeliño, Lucía e Gelo e fomos pasando xa cara o arco de saída. Namentres agardábamos fun repasando mentalmente o recorrido, que coñecía menos os primeiros catro quilómetros, pero vendo o perfil todo auguraba unha saída rápida, e tanto que o foi... 3,2,1 e saímos....
O primeiro quilómetro a ritmo 3:59, paseime un pouco pero non quería perder comba, e aínda así os tolos xa me quitaban case cen metros, que velocidade, pero notaba que era demasiado para o meu corpo de 42 anos Veterano (todo a razón, a partir de 40 ir cos senior e de tolos, eles van en manga sisa e eu que non me quito os manguiños). Así que tocaba regular un pouco, xa en vereda de camiños pasamos por unha zona de baixada de pedras complicada pero corta que xa coñecía e o torcer a dereita unha subida, pequena pero o suficiente para non dar moito o cante se a andaba, e iso fixen para recuperar os folgos, iso sí, foronme pasando amigos, entre eles Amira Simón, finalmente sería a gañadora femenina, a que tiven a tiro mais da metada do Trail. Eran catro quilómetros enganosos, no perfirl pode parecer zona rápida pero non o foi tanto ata chegar as baixadas, a primeira máis lenta, porque había máis tráfico e porque era case toda sobre pedra, zona esbaradiza, e coma sempre digo mañán hai que traballar e ista desembocaba tras un xiro na segunda, a miña preferida, neste intre vexo aparecer o meu lado o meu amigo Jose do Pasa ou Entorna, do que non me separarei ata o final. A baixada e mortal, Lupe, Paula, eran das vosas, baixo todo o rápido que podo, momentos por baixo dos catro minutos quilómetro, tendo en conta que ata fai ben pouco eran o meu principal déficit non me podo queixar. E así, case nun intre pasamos dous quilómetros a toda velocidade e chegamos o Mosteiro de Caaveiro. Trinta e tres minutos, ía conforme o meu obxectivo temporal, pero agora chegaba o outro palo da V, a subida, e era tamén tremenda. Parei solo a comer un plátano no avituallamento e tira para arriba, aquí si que me sinto cómodo, e incrible como funciona a nosa cabeza e como teño tan asimilidado a subida a descanso que a non ser que sexa un tipo Xalo e chegar a ela e descansar. E unha subida longa, máis de quilómetro e medio, en pedra, faise difícil, pero ía ben, cómodo, e sen moito tráfico, todo eso agradecíase. O chegar arriba levo a Jose diante e nos metemos xa nos terrenos do río Sesín, precioso, compre, para os que non poidestes hoxe, que vos dedes unha volta por alí con tranquilidade e disfrutar dese paraxe precioso, porque indo coma hoxe o que e ver, non viamos nada. E o final do río a derradeira subida, dura máis polo cansazo que polo resto, xa que e corta pero e chegar arriba estou máis agotado que na outra. Danme pulos Jose e outro compi e intento seguir o seu ritmo, miro para atrás, so veñen un par de rapaces, reláxome un pouco, ainda non mirei o tempo nin os quilómetros dende Caaveiro. Respiro a fondo, acomodo a miña respiración as notas da música de Warcry que me dan un pulo extra. Dous quilómetros e estarei abrazando o meu Xoel. Iso sempre axuda, apreto o paso e así ata o cruce, quedan setecentos metros para a meta, xa está ahí, e describir o que se sinte cada vez que se cruza, eso xa o sabedes vos, na entrada do polideportivo choco as mans de Blas e enfilo a recta de chegada. Levanto os brazos, 1h 16, máis que conseguido o obxectivo, esta vez sí, normalmente adícome a disfrutar, a non lesionarme, a rematar, pero hoxe era especial, e a cabeza funcionou de marabilla. Vexo a Xoel como mira cara a Meta, estiro os brazos, pídelle permiso a Coidadora e ven correndo, o abrazo compensa calquera esforzo. Estou feliz, contento, aínda que boto de menos a xente que me gustaría abrazar tamén. Pero alí está Jose e nos fundimos noutro forte abrazo. Gran compañeiro, cos que sempre e unha gozada compartir carreira. O espíritu de Lor estára sempre entre nos.
Unha carreira moi rápida, non e o meu forte, son máis de andar, de parar, de facer máis quilómetros, pero un par de estas o ano axudan a mellorar as pernas, a darlle forzas, a darte forza mental para saber que podes. Voume duchar, por unha vez dos primeiros e collo auga quente, todo son boas novas, fagoo rápido para voltar xunto a Xoel. E recibir a tódolos amigos que quedaban por chegar, destar vez cheguei antes que ningún, así que os toros dende a barreira.
Sentámonos nas gradas, falando con uns, con outros, virtualmente, comemos, bebemos, van chegando os do longo, todos con boas caras, con boas sensacións, e chegan os callos, e unha tapa, e outra, e Xoel vai pedindo papas, e case a unha, queda moito terceiro tempo pero menos para un papi en apuros, así que coma viñemos, despedindonos de todos, e dos que non víramos aínda, Aracelis, Rosa, Manu, Tina, Trini e un longo etcetera, nos imos camiño da nosa casa.
Teño que agradecer sobor de todo a oportunidade de poder deixar a Xoel na ludóteca, paréceme fenomenal que esto se esté extendendo e para os pais que nos e complicado ou de familias monoparentais e unha axuda para non perdernos ningún trail.
Porque sí,ainda que non o creades algún me perdín, pero outros, 32 para ser máis exactos poiden vivilos dende dentro. De cada un gardo recordos especiais, cada un ten cousas boas e experiencias positivas independentemente do posto ou tempo que fixera. Convértense en experiencias vitais.
No mosteiro de Caaveiro disfrutei en todo momento, gran atención o corredor, instalacións estupendas, tan ben balizado que non tiña nin que mirar, voluntarios sempre cun sorriso, cervexa e callos e demáis sempre a repetir, ata fartar, non hai pero ningún nun recorrido distinto o das fragas, maís rápido e pisteo pero con lugares preciosos como o propio Mosteiro ou o río Sesín.
Cita obligada. E o ladiño da casa. Grazas.
....E rematamos a tempada, supoño, porque xa sabedes que nunca se sabe, cita en Sada o día 14 coa carreira nocturna solidaria, eso seguro, e supoño que o próximo trail será dende o posto de voluntario no Trail costa doce en Xaneiro.
Recordos, vivencias, amigos....non están todos, pero sí están moitos dos que son:














domingo, 11 de novembro de 2018

Trail de Arteixo: Unha gran festa

 Só unhas horas despois da miña chegada de Picos quedara co meu amigo José Luis para acudir a chamada dos Jarnachos e o Trail de Arteixo do que tiña dous datos previos, que era a maior festa do trail galego e que o recorrido non era o máis bonito do mundo.
O primeiro a destacar e o lugar espectacular co que contan pra facer este evento, millor imposible, caben milleiros de persoas a cuberto, as duchas quentes o lado e aparcamento de sobra. Un luxo. Chegamos e fomos a polo dorsal. Non había bolsa do corredor como tal, só unha gorra, pero mereceu a pena co que vivín despois. Saíron os do trail longo e nos a tomar un caféciño, revisar o recorrido e xa prepararnos para esta carreira. Eran 18 kms con +800 de desnivel. A verdade e que non tiña nin idea de como se ía a comportar o meu corpo despois de facer 102 kms en catro días e 14 mil de desnivel, eso si, todos andando. Era unha incógnita. Tras preparamos baixamos a quentar un intre e directos para a pista. Alí no altofalante soando Helloween, Maiden e Judas Priest, Metaaaaaaaal!!. E antes de saír estamos con Moss, Su, Bego, Rosa, Manuel, e Sabela Fraga, dámonos un abrazo, e desas persoas do trail que sabes que realmente merecen a pena, que son grandes, encantame.
E 3,2,1 e saimos a lume. Demasiado lume para min, case a 4 30 de media, doume conta de que vou moi rápido, saímos ben, na parte media dianteira, pero estame a costar un mundo e son caseque dous quilómetros de correr sen parar. A patata non vai ben. O corpo non lle está gustando este cambio. Pero sei que tamén é a cabeza, a pantasma do abandono pasa pola miña cabeza, espantoa como podo. A cabeza e o máis importante nunha carreira pero esta semana non foi boa entre as voltas pola custodia de Xoel e a enfermidade grave dunha persoa a que quero moito, sei  que me vai costar, pero me teño que centrar. Por fin aparece a primeira costa, pero os cabros siguen correndo¡¡¡, eu non podo, teño qeu andar, son pequenas subidas salpicadas dalgunha zona técnica a que siguen pequenas baixadas, tobogáns de toda a vida. Vou recuperando, cando menos xa non teño gañas de morrer. Vexo o fondo a Jose Luis, non está tan lonxe o meu amigo. Seguen os sube baixa, a verdade e que non e tan feo como o pintaban, non hai vistas pero faise moi entretido. Aquí e cando poño os cascos un ratiño e consigo tranquilizarme, encontrar o meu punto, ata o primeiro avituallamento case todo e correr salpicado de momentos para pequenas subidas e gratificantes descansos. Pouco despois dunha baixada chegamos a unha zona con control de tempo, un rapaz do Sada que non coñezo pregúntame se e o km vertical, ¿ cómo?...non sei...decido que iste ten que ser o meu punto de inflexion nesta carreira e comezo a subir a todo o que dou, por un lado penso que co que subín esta semana en picos nada podía haber peor. E peor non, pero dura e a subida, e longa. O chegar arriba loxicamente baixamos e novamente para arriba, sintome comodo, isto e o meu, andar rápido, e xa teño a Jose a tiro que me acompañara de aquí o final da carreira, non sin sufrimento para min para aguantar o seu bo ritmo pero cunha grande satisfacción final. Segunda subida, máis corta, xa vou no meu millor intre, a tope, e agora a baixar a todo o que damos, encántaronme estas dúas baixadas, e fun cómodo, sentíndome ben. Xa sen moitos corredores o redor, e disfrutando da compañia do meu amigo. Ainda quedaba unha boa subida por un cortalumes e baixada perigosa posterior por pedra, esta sí que a facemos máis a modiño, que mañan hai que ir a traballar....hai non¡¡¡ que estou de vacacións¡¡ Recordo iso e que mañán recollo a Xoel para pasar toda a semana con él e un sorriso ilumina a miña cara. Vou sufrindo, sí, esixido, claro, pero a bo ritmo. Estame a gostar moito este Trail de Arteixo. Outra cousa a suliñar e que había voluntarios en cada esquina, e ben balizado, imposible perderse. Última subida, pasanos Arca, seguro que ten presa, que quedou😆😆😆. Dicir que no segundo avituallamento moi completo paramos escasamente pra coller un plátano, algunhas gominolas e tirar, e que non podemos perder este bo ritmo. Quedannos pouco máis de tres quilómetros, agora hai que ser listos e manternos, imos relevándonos, primeiro vai un diante, logo o outro, así ata que chegamos xa a Arteixo e repetimos os dous quilómetros de paseo fluvial, como diría Valdés, e felices, encaramos a recta de chegada. A miña primeira vez de chegar a meta cun compañeiro de clube da man e ainda por encima co crack de Jose Luis, doble satisfaccion persoal. Máis se cando chegas ves que fixeches 2 05, tempo imposible para min fai nada, e do que me sinto totalmente orgulloso. O final deixei atras o cansazo da semana, os meus problemas de cabeza e poiden adicarlle ista carreira a quen realmente o merece.
A grandes trazos a carreira esta fenomenalmente organizada, o ambiente e estupendo e merece moitísimo a pena. E as duchas con auga quente e a mangueira para limpiar as zapatillas. Javi o noso compañeiro fixo un tempazo, David tamén e Bautista quedou septimo a dez minutos escasos de Arca na longa. Aínda encima entérome de que a miña amiga Lupe acaba de gañar o desafío romano, es unha crack e menos mal que non che gusta subir😅😅😅. Despois da ducha, e iso que había alí máis homes en menos metros cadrados que nas de Alcala Meco, pasamos o millor, o terceiro tempo, e aquí o primeiro cerveza en barra libre total, un luxo, e namentres agardamos pola entrega de trofeos que se agardou a finalización da proba, outro acerto, vou falando con uns e con outros, compartindo momentos e experiencias, primeiro cuns amigos de Castro de Lobariz, máis adiante con Sabela e Yon, con Manuel e Senra, que nos explica e nos mete o gusonillo do mundo da orientación. E así, con premios para Moss, Esther, Arca, Lestón, Jana, Araceli e demáis pasamos a comida. Pasta, tortilla, croquetas , en fin, un manxar, e alí estivemos de charla con Blas, Carliños, encontrei a miña amiga Patri, con Pau, Alexis, Bego, Rosa, Manuel, Alex,


Tina, Raquel, Javi, Esther e un longo etcétera da maravillosa xente do trail. Pena que non viñeran máis do noso equipo porque foi unha gran festa do trail galego.
Noraboa a tódolos participantes, organizadores e vémonos o ano que ven, esta vez sí, agardo que na longa.
E para a semana máis amigos e diversión en Caaverio, da man de Xoel no que será o seu primer trail, eso sí na guarde que montan Eventi e Blas para a ocasión. E as que vades a Haria Extreme, moitísima sorte.

5 dias de Noviembre: Una mirada intlima a los Picos

Algunas veces en la vida tomas decisiones con predemitación y alevosía, bien, pues esta fue una de ellas. Hacía meses que tenía prevista esta locura y al final resultó una de las locuras más bonitas de mi vida. Hoy repetí mucho lo mismo, pese a lo peligroso, complicado y difícil, no me arrepiento lo más mínimo, porque lo necesitaba. El que me conoce sabe que pese a la gran familia del trail llevo un año malo, nefasto tras los últimos acontecimientos y necesitaba volver a conectar de alguna manera conmigo mismo, con la soledad, a pensar, recapacitar, reflexionar y para esto no hay ningún sitio mejor que sintiéndote insignifante rodeado de montañas, rodeado de paz.
Hice las maletas el lunes y tras un viaje pasado por agua llegué a Arenas de Cabrales a eso de las cuatro de la tarde, después de situarme tocó revisar la ruta a realizar al día siguiente, en este caso no era nada difícil la elección, empezar por lo fácil, por ir a donde todo el mundo, a la ruta del río Carés.
Así a las ocho de la mañana del martes ya estaba recorriendo poncebos en busca de la entrada a la ruta que se encuentra pasado el pueblo subiendo una carretera que se acaba convirtiendo en un carreiro de los de toda la vida, allí señales que indicaban unas hacia bulnes y otras hacia nuestro destino. Así empecé, y no estuvo mal teniendo en cuenta que casi todo el desnivel que iba encontrar en la ruta se encontraba al principio. No había un alma. A los turistas no les gusta madrugar. Lo que se veía era espectacular, qué decir, muchos habéis estado aquí, otros os lo recomiendo como visita obligada, se trata de un desfiladero que separa el macizo central del occidental de los Picos de Europa con trece quilómetros de recorrido y que nos deja unas visiones totalmente únicas. Fui dándole vueltas a todo lo que me preocupaba en el camino de ida, trabajo, familia para el que era un día muy importante, amigos, y yo mismo claro. Y así foto tras foto, tras bajar algún tramo corriendo pero el resto andando rápido llegué a Caín, un pueblo precioso, lo mismo, el que no lo conozca que lo visite en el Cainejo, o Cainejín, para honrar la figura de el mítico Gregorio Pérez, alias Cainejo, que fue el que guió al Marqués de Villaviciosa en la primera ascensión y coroncación del Picu Urriellu situado a 2519 metros de altura. Al llegar allí y vislumbrar aquellas cumbres nevadas que se erigían sobre el pueblo y notar el no cansancio que tenía encima decidí buscar alguna ruta a mayores y allí la encontré, esperándome en un cartel, se trataba de la subida a la cueve de Santibaña y bajada después por Cain de arriba. La subida fue lo de menos, dura, pero nada a lo que no estéis acostumbrados, pero al llegar arriba la majestuosa vista turbaba, una pena que tuviese que darme prisa porque me estaba quedando corto de batería, pero lo realmente inolvidable fue la bajada, primero te adentras en un bosque increíble, con muchas dificultades para no perderse pues los caminos están prácticamente cerrados, a duras penas llegas a una cascada que baja de las montañas y esa visión te absorve durante minutos, aquí recuperamos el camino pues este traza una linea descendente desde la montaña siguiendo el río más allá de la vista. Hice este tramo corriendo y fue de lo más bonito que corrí en mi vida. Llovía, pero la sensación de paz, de alegría que me llenaba es difícil de explicar. Al llegar al fondo de la meseta el camino bajaba ya en vertical hacia el pueblo de Caín, al que llegué cuatro maravillosos quilómetros después. De aquí a la vuelta a Poncebos poco más que añadir al ser la misma ruta, precioso e imperdible en la visita a Picos.
Ya en el apartamente tocaba decidir la ruta del día siguiente y viendo el mapa me decidí hacer una ruta circular Poncebos- Bulnes- Pandébano-Sortres-Tielve-Poncebos. Imposible haber acertado más de lleno, la subida a Bulnes desde Poncebos se hace por el canal del Tejo, la subida es durilla, casi unos quinientos metros de desnivel pero al llegar arriba parece que has retrocedido sesenta años y te encuentras un precioso pueblo entre montañas. Para los vagos ahora hay un funicular pero hasta no hace muchos años esta era la única ruta que había entre Bulnes y Poncebos y era la que estos tenían que hacer para todo. Alucinante, pero cierto. Tras un merecido descanso y sabiendo lo que tenía por delante me sumergí en la subida a Pandébano, he de decir que era el punto más alto de la ruta, a 1200 metros así que me quedaban setecientos hasta la meta. Muy duros, esa subida no se me olvidará, pero carente de dificultad técnica y al llegar arriba me esperaban unas praderas verdes que apoyadas por el Sol que quiso acompañarme y la nieve agolpada a los lados hacían una visión idílica. Estaba emocionado, y no era para menos, y muy cansado. A partir de aquí bajada hasta la curvona y subida nuevamente para llegar a Sortres otro precioso pueblo en el que encontré el primer ser humano, antes habían sido todo vaquiñas, cabras, rebecos, imposible de describir con palabaras. Desde aquí todo bajada hacia Tielve, con una pequeña parte por maldito asfalto, y nuevamente por Monte hacia Poncebos, la ruta totalmente visible salvo por los continuos desprendimientos que borraban el camino y te tenías que buscar la vida, mi consejo, seguir las cagadas de las vacas y las cabras que siempre indicaban el camino correcto. Una útlima bajada vertiginosa hasta Poncebos y 24 quilómetros después y 3800 de acumulado llegaba al fin del segundo día. Alucinado por todo, por lo que veía, por las sensaciones, por el ataque a lamidas de las cabras, por las vaquiñas que ni se mueven, por no encontrarme a nadie en todo el camino, así, poco a poco, de vuelta a los apartamentos a preparar la tercera ruta. Esta sí me tuvo en vilo, quería ir al Urriellu a pesar de que sabía que sería muy difícil, el refugio se encuentra a 1900 metros y la nieve se anunciaba a partir de 1500, por lo tanto difícil. No quería repetir el camino Bulnes Pandébano ya que quería aprovechar lo máximo para seguir descubriendo nuevos lugares así que me decidí a ir por el camino más recto y también más difícl. Se trataba de subir por el Canal de Baldosín y el Camburero.
Madrugué para estar al amanecer en la ruta hacia Bulnes y de allí tomar la ruta hacia el Urriellu, ruta que estaba más o menos bien marcada pero cuyos caminos eran difíciles de identificar sin track, casi al principio primer regalo, una nueva fervenza, eso sí, con una cuerda al lado y una trepada descomunal, y a partir de ahí a subir por el canal de Baldosín. Imaginaros, ir subiendo el canal del río, de lado a lado cruzándolo cada diez metros, por pasos resbaladizos, algunos complicados y todo cuesta arriba, trepadas incluídas. Difícil, pero no imposible. Al llegar arriba nos encontramos un valle de origen glaciar y aquí los últimos habitantes conocidos, unas vacas, que veré en mi camino. Nueva subida en la Posa la garganta, con algunas partes complicadas y llegamos a un pequeño circo glaciar llamado Jou Bajo, a 1050 metros ya de altura. Me empieza a pesar todo y lo que tengo a mi derecha no es otra cosa que la famosa subida al Camburero, es una subida para la que no tengo adjetivos, sólo deciros que mientras la subía pensaba que menos mal que era subida y no la tendría que bajar. Error. Al llegar arriba casi a los 1400 metros ya pasamos directamente a un paisaje totalmente nevado y en el medio un zorro, o algo similar que se escapa al escucharme llegar. Al principio me hace gracia, lógico, pero al intentar avanzar, ya sin camino, sólo guiándome del track empiezo a enterrarme, paso a la subida a la Peña las Cuestas pero ya se hace imposible continuar, la nieve me llega a la cintura, así que doy media vuelta, aprovecho para tirarme por un tobogán de nieve natural, que bien me lo paso, y me doy cuenta de que tendré que volver a bajar todo lo que subí, por el mismo sitio. Me quedaban como mucho dos quilómetros, pero es imposible, y ante todo, quiero volver, sino de que me vale tanta meditación. La bajada, mejor de lo esperado, sólo me caigo una vez, pero no se la deseo a nadie, es super técncia y complicadada eso sí, en la zona del río ya nada de ir de piedra en piedra, pies al río y a cruzar una y otra vez, destrepadas y así, con la suerte de mi parte vuelvo a Bulnes, de ahí a Poncebos y como se me hacía poco desnivel decido ir al pueblo de Camarmeña a retar al cabrón del Urriellu. Subida muy bonita y dura si no llevaras ya casi cuatro mil acumulados y un pueblo precioso sobre la montaña con un mirador único. De aquí a casa y a preparar la última ruta. Aquí quiero agradeceros a todos vuestros consejos, ayuda y sabiduría para orientarme y evitar perdiendo un día intentando ir otra vez al Urriellu, Cova, Blas, Javi, Bruno, Feli, gracias. Así que me decidí a hacer la subida al Pico Cuetón, a 1651 metros de altura.
La ruta empezaba en Arenas de Cabrales, subiendo por bosque de hayedos hacia las invernales de Vanu, ganando poco a poco altitud, de aquí ya bordeando el monte llegas a una cueva, casi a 900 metros de altitud y a partir de aquí el camino es una tortura, pasas pequeños pastos, grandes zonas de roca, subidas por tierra y acabas en lo más loco que hice en mi vida a 1500 metros de altitud, una subida que soy incapaz de describir con palabras y que sólo mirarla daba miedo, era mitad nieve, mitad piedra suelta, pero era el último escollo antes de mi sueño de coronar por primera vez en mi vida una montaña. Como pude, medio muerto, a sabe dios qué temperatura y con un viento infernal llegué arriba, trepando, luchando, no rindiéndome jamás, y lo que allí vi, jamás lo olvidaré, una enorme loma verde al principio salpicada de hielo y rematada ya al fondo por un blanco impoluto y alli, al fondo, los Picos de Europa. Una visión idílica, única, con el pero de no poder pasar hasta el borde del desfiladero por la cantidad de nieve acumulada. Me senté en el borde que separaba el verde del blanco y allí si, me di cuenta de lo insignificante que somos, de lo poco que son nuestros problemas ante la grandiosidad de la naturaleza y a pesar de ser una horrible semana en un horrible año valoré todo lo positivo que me había dado, todos los regalos que el destino tras su quiebro aquella noche de febrero me quiso dar a cambio. El monte, la montaña, el trail y todos los que hacéis que cada domingo sea especial, mis compañeros del grupo de entrenamiento del Cas Montaña, mis amigas Lupe, Luci, y el dangerous dúo, AMIGOS, con mayúsculas. Mi familia, que pasa por un momento muy difícil, del que saldremos adelante seguro, y mi Xoel, el motor de mi vida, por el que daría mi vida sin dudarlo. No es niego que me emocioné pensando en todo esto, no niego que ese momento fue una de los más intensos de mi vida y más esclarecedores. Al final, nos queda nuestra actitud ante la vida, porque por mucho que sepas todo depende de como lo afrontes. Yo prefiero afrontar la vida con una sonrisa, aunque te venga de lado, porque se que así le jode más, y porque me hace sentirme feliz, que al final es lo que de una u otra manera todos buscamos, ser felices. Ojalá fuese tan fácil. Pero rendirnos, jamás.

domingo, 4 de novembro de 2018

Trail de Muras: Bestiaaaal!!

Empezo a escribir sentado na carpa que tivo a ben poñer a organización, namentres agardo o meu compañeiro e amigo José Luis. E un deses intres nos que rodeado de xente disfruto da soidade. Aínda que non dure moito  aproveito para analizar o que foi a carreira e todo o que a rodea.
Sorprendido gratamente pola boa organización de Marmar Outdoor con Pablo á cabeza, sei de boa tinta que pendentes dos corredores en todo intre, antes, durante e despois, e o trail en tema organización unha gozada, ben marcado, duchas o carón da saída-meta, unha boa bolsa do corredor, caldo nada máis chegar para os corredores e callos despois da entrega de premios, poucas cousas quedan ó azar cando se prepara a conciencia un evento. Evento, por outro lado, o que chegaba con dúbidas, tralo semiabandono de Montefaro decidín rebaixar a 14 kms a miña participación, entre iso e a axuda de Lupe que me deixou o dedo como novo parecía que nada se tiña por qué torcer, pero o medo é libre. Duda de se traer a Xoel ou non a ludoteca, o final preferín deixalo para o próximo que será en Caaveiro e agardo sexa a súa primeira vez, ¿qué millor lugar? .
A semana, puffff.....difícil de explicar con palabras, por unha banda era a previa das vacacións e debería ser feliz, por outra entre temas familiares e o agobio laboral quedou nunha extrana semana, levaba tantos meses, nove, agardando que chegara ese día que non o creía, pasaron moitas cousas durante este tempo, moitas malas, outras boas, pero son dos que pensan que nos malos momentos e cando máis aprendes, o fácil xa nolo dan feito, pero tampouco hai que abusar😕😕😕
O caso e que saín da casa case as sete e cuarto, e non eran as oito e xa estaba ahí, recollendo o dorsal na carpa cuberta da organización, as oito e media saían os da marathon, 32 valentes, e quería estar ahí para velos , entre eles Arca e o gran David Senra. Xa trala chegada do meu compañeiro e amigo Jose Luis fomos a tomar un cafe gracias o bono gratuíto da organización, con moita sorte, o chegar estaban Alex e poucos maís, e en dous minutos estaba cheo a reventar😆😆😆. Tomamos o cafe e fomos a prepararnos, cada un coas súas manías, para a saída. Eu minimalista esta vez, tendo en conta a distancia, e somentes coa música a maiores. Fomos cara a saída e aproveitamos para correr un pouco, sei que sempre o digo, pero o millor que se pode facer, o menos no meu caso sinto unha diferencia terrible de quentar un pouco ou non facelo. Chovía ben, pero a min gústame, estaba no meu hábitat. Charla técnica, rápida e todos cara a saída, ahí foi o único momento de frío, e dez, nove, oito....e saímos¡¡¡
O perfil da carreira era claro, empezabas subindo, baixabas, chan, nova subida, baixada, chan, nova subida baixada e chan. Tiñao memorizado, iso e os quilómetros aproximados para ir regulando, ia ser unha carreira rápida, pero nunca pensei que tanto. Saín rápido, como últimamente pero sentinme ben, incluso na primeira parte da subida fíxena correndo, raro en min, e non houbo páxara como tal esta vez, imposible se no mp3 empeza a sonar o Enter Sandman de Metallica....E funme animando, a vez que na miña cabeza se repetía a pregunta de sempre, cando se anda aquí?😆😆😆. Primeira subida superada,  dous quilómetros de sube baixas polas partes altas e baixada criminal, con medo, polo meu dedo, porque o non ter uña esa sensación de non está transmítese o cerebro e o que non e dor convírtese en extrañeza o que provoca que sí ou sí vaias máis a modo. Desta vez non me tirei a morte, pero si iba a golpes, moitas veces a golpes das cancións que ían sonando na miña cabeza, ah, se alguén me ve xesticular, abrir os brazos, por os cornos, non, non estou tolo, son así....Preto de min neses quilómetros vin a Michel, e a verdade amigo que nese intre tranquiliceime porque si ti andabas por alí e que ía ben. E chegou a segunda subida, e pareceume....fácil, corta...pa un ratiño que podía andar😱😱😱, por ahí xa tiña cerca as rapazas que logo quedarían terceira e cuarta e fun vendo a súa competición persoal de aqúi o final da carreira, porque en realidade mantívenme tanto para adiante como para atrás nun grupiño de xente, que nos pasábamos uns a outros de forma constante.
O avituallamento, parei a comer e beber, pero a xente pasaba como balas, moi poucos paraban, a verdade e o que menos me gusta dos speeds trail...a prisa que ten a xente, eu estou feito para parar máis, encher a barriga, facer fotos, andar....pero claro, así non se pode. E veña a correr, porque iso e o que fixen, correr todo o tempo, a bo ritmo a verdade, porque me encontraba ben, tanto que no quilómetro nove estaba en unha hora, moito millor do que pensaba nun principio, e ahí empezou a miña parte favorita, unha subida en condicións, e se aparte che coincide o Painkiller de Judas Priest e coma se Rob Halford che estivera a turrar por detrás para levarte en volandas😁😁😁 . Tiña varios trechos, un primeiro de asfalto, un segundo xunto as vaquiñas polo monte e un terceiro para coroar o cumio. Aquí se notaba xa o aire frió, pero vamos, que iamos todos ben quentiños, algúns maís que outros. E rematou a subida, case un quilómetro pero non a miña felicidade, mirei o reloxo, quedaban catro, se apretaba podía chegar en menos de hora e media e sería todo un record para min así que apretei o cu e tirei rápido, todo o que podía sen chegar a atascarme. A parte de baixada con algunhas pedras si a fixen con medo, so me faltaba voltar a xogar a futbolista outra vez, pero o resto a tope, os dous últimos en menos de cinco minutos o quilómetro, e cheguei, desta vez disfrutei da entrada en meta, cun grande sorriso, e conseguindo o meu obxectivo 1h 28 minutos.
Primeiros momentos de relax e xa escoito como di que entramos nos cincuenta primeiros, para min unha estupenda posición. Recollín a bolsa e a ducharnos, aproveitando que non estaría ateigado, e así era, pero estaba fría como o demo. E alí entre homes desnudos asistín a unha conversación que me deixou un bo sabor de boca, falaban do desnivel da proba e algúns comentaban que a última petada fora moi dura, sentinme ben, porque me din conta como para min ningunhas destas subidas fora complicada e iso significaba unha gran evolución dende que empecei nisto. Tanto que normalmente canto máis dura, máis cómodo me sinto, o mundo o revés. E tocaba agardar o meu amigo Jose Luis, fíxose amena coa compañía dos compis de Paula, animo que xa non che queda nada, Merchi, Tania, Lorena, Michel, o caldo que entrou coma un tiro e as entradas en meta dos compis da larga, os rapaces que entraron catro xuntos xa que pouco antes o líder da proba tivera unha caída, eles catro agardaron as asistencias e decidiron entrar todos xuntos en meta, esas cousas so pasan no trail. Na categoría femenina victoria para Esther que estou seguro que se lle fixo unha distancia corta, e na categoría Maraton victoria para Arca, como non. E pouco despois chegou o meu amigo Jose Luis, con tempazo tremendo, disfrutando, notabaseche na cara amigo, e desgraciadamente antes da entrega de premios e os callos as miñas obrigas fixeron que tivera que irme xa, con varias reflexións no camiño de volta.
A entrega de premios, non sei, desta vez estivo bastante ben, pero e que hai lugares onde xa estan quitando o arco de meta e segue a pesar xente, non habería unha maneira de arranxar isto? Para o que chega por detras ver como non te fan nin caso ou que o speaker esta na entrega de premios, que non hai ninguén na meta sinta mal, non sei, cecais separando ben por horas as distintas distancias se podería evitar, iso e agardar a chegada dos escobas, non sei, creo que sería bo botarlle entre todos unha pensada e facelo da millor maneira posible para todos.
Muras, precioso, a serra do xistral na miña distancia menos, pero no resto a todo o mundo lle encantou, organizacion de luxo, corredores en todo momento cunha actitude de dez, postrail enorme, en fin, que haberá que voltar para o ano, pero na distancia larga ou se me apurades marathon. Sen retos non e vivir.
E sí, voume de vacaciones, pero non de vacaciones de trail, eso sí, vexo difícil a miña participación en Arteixo pola lesión,  pero algo farei e Caaveiro o que agardo xa estar o cen por cen estará ahí agardando por todos nos. Este trail adicollo en especial a miña irmá, ti xa sabes que igual que ti estiveches ahí para min eu estou para o que faga falla, e aínda que non sexamos os irmáns máis expresivos do mundo, cando hai que estar, estamos.