martes, 1 de xaneiro de 2019

Un año de trail, amigos y Rock and Roll

Me cuesta resumir un año en unas pocas palabras, quizá porque fue un año demasiado intenso para resumirlo en sólo unas pinceladas. Desde aquí mi agradecimiento a todos los actores de este blog que hoy se traslada al sentimentalismo barato, al folletinismo ( folletique????😂😂😂😂), a los recuerdos con un café y la lágrima fácil.
Empecé el año en el asfalto, curioso, pero es que mi estreno trail estaba programado para el 27E en el trail costa doce, así que lo primero una carrera en Matogrande con un poco de sin sabor, no fue mi mejor carrera ni era mi mejor momento, me sentía muy poco comprendido, alomejor se trata de que soy difícil de entender. Aproveché ese mes para prepararme Roteiro va y Roteiro viene para esos 26,6 kms y casi 1000 acumulado, no estaba mal para un estreno. Me gustan los retos, lo dificil, atreverse, ¿podía haber algo mejor?..y en mi segunda casa. Recuerdo que un mes antes en mi primer entrenamiento con los compis del cas montaña le decía al mister que quería estrenarme de cara a primavera verano😆😆😆, a veces no se lo que digo.
Y llegó el día, aún conocía poco a mis compis pero si recuerdo su apoyo en todo momento,  a Edgar en la recta de llegada, a Jose Luis de escoba, a Suka, a Iago, a Felipe, a Manu, Bilba, y no sin sufrimiento llegué, con un el dedo gordo del pie destrozado incluído. Una carrera super bonita a la par que larga pero la terminé que era mi objetivo.
Ese mismo día empezaba mis vacaciones, mi primera parada el concierto de Metallica en Lisboa, y ese día cambió mi vida.
Nunca sabré si para bien o para mal, pero seguro que no como esperaba, el destino tiene estas cosas, a veces se guarda en la manga reveses y este año estaría marcado por ellos. El aprendizaje es saber superarlos, levantarte después de cada golpe y afrontarlo siempre con mente positiva. Pero aquellos días del mes de Febrero, cuando los recuerdo, sólo me retrotraen zozobra, y cada imagen que se me viene a la mente, incluídas las carreras, hace que se me estruje un poquito el corazón. En el fondo no soy de piedra.
Mi siguiente parada era probar el cross en el campeonato de Galicia master de Cabañas, eso sí, compitiendo con los populares. Fue una carrera horrible, mal planificada, saliendo a fuego y haciendo un tiempo penoso, hay días que debería estar prohibido correr. Desde aquel día tengo la espinita del cross clavada que algún día me quitaré.
En mi locura, en ese momento en el que estás completamente perdido, rodeado de gente y no ves a nadie, no se me ocurrió otra cosa que meterme a hacer la medio marathon de asfalto de Coruña, y sí, la terminé, 1h 52, pero mis rodillas aún hoy se resienten de tantos metros de asfalto, dije que nunca más lo haría y hasta hoy lo cumplí. En realidad habiendo probado el monte, ¿puede haber algo mejor?
Seguía como mareado, días interminables y sin encontrar el camino, y mucho menos un por qué y por momentos perdiendo hasta el sentido de lo que realmente había pasado. Momentos duros y con pocos apoyos, salvo la familia, que esa siempre esta ahí. Y pasó lo que tenía que pasar, por fin me centré en el trail y todo empezó a cambiar. Primera parada el Trail Galaica de Ames, allí conocí a Talaxero y a Roberto Figueroa con los que a dia de hoy aún tengo contacto Instagramer, y me di cuenta, creí que sólo eran los del grupo de entrenamiento, que la gente del trail es totalmente especial. Fue un trail accidentado ya que en su recorrido largo vivió un final neutralizado al desaparecer las balizas pero en el nuestro resultó precioso, aprendí a convivir con los paseos fluviales y fue la primera vez que hasta para mi se me hizo corta la subida...eso sí 1 h 55 para 14 kms, el tiempo está sobrevalorado.
Lo mejor fueron las sensaciones, ese contacto con el monte, ese poder hablar sólo sin que nadie crea que estás loco, compartirlo con locos como tu.
Siguiente parada Laracha, allí viví posiblemente lo mejor de este deporte, los amigos, fue un día genial, rodeado de monstruos, Cova, Gelo, Jose Luis, Jose, Niko, Cris, Enrique, Manu, Juanjo....difícil de olvidar, terminamos con los jarnachos Javi, Moss y Victor en la calle San Juan, disfrutando a tope. La carrera, poco que añadir aparte de que mi rodilla aún dañada por la medio marathon de Coruña a partir del km 10 dijo no y no me dejó correr más, aún así terminé.
Del trail de Bealo del 11 de Marzo guardo pocos recuerdos aparte de otro paseo fluvial, un día de temporal, y un reloj loco que me jugó una mala pasada. La semana sgiuiente esperaba Muros y la segunda prueba del Trail Galaica, otro día de fiesta con Jose Luis, Suka y toda la banda de Jarnachos y Running Oleiros, Bego, Susana, Javi, Victor, Jorge....la carrera pésima con otra pájara bestial en el primer quilómetro y a partir de ahí sufrimiento. Eso sí, el monte Louro, precioso. 18 de marzo y ya había conocido más gente en un mes que en parte de mi vida, y no sabía lo que me esperaba. Lo mejor.
Couzadoiro, sin duda uno de los trails más bonitos que corrí, el primero que me sentí realmente bien y en el que entre su podium y mi dedo destrozado conocí a mi gran amigo Lupe Rubio, parece mentira que sólo hayan pasado ocho meses. La carrera preciosa, para repetir siempre, el ambiente genial, cafe, callos, entrada con Seek and Destroy de Metallica, no se puede pedir más, y por primera vez en meses me sentí feliz. Aprendí a ser fuerte de cabeza, empecé también a expresar mis sentimientos a las personas y dejar atrás el miedo. Daba pequeños pasos pero recorría grandes distancias.
Tras una incursión asfaltera con más o menos buen sabor en la Torre de Hércules llegó el turno a otro gran momento del año, de la mano del gran Yago Breijo asistimos a un trail de Cariño simplemente espectacular, y otra vez sintiéndome mucho mejor si cabe, allí fue la primera vez que vi a grandes amigos como Rosa y Manuel y conocí previo paso por podium a otra gran amiga, Paula Cobelo.
Trail, amigos y Rock n Roll, no podía ser de otra manera.
Estaba totalmente absorivido por este mundo, utlizaba mis mañanas libres sin Xoel para recorrer los montes de Breamo en busca de pistas que conectaran mis mundo fantásticos y con ello entrenaba mis piernas para los siguientes retos.
El siguiente era más que especial, la CAMOVI, con mayúsculas, sí, no se trata de la carrera, del recorrido, ese puede ser equiparable a muchas, pero el ambiente, sobre todo el que se vive desde el día anterior, ese es unico y especial. Ese fin de semana en Viveiro rodeado de amigos fue de los que no podré olvidar, Cris, Javi, Suka, Cova, Fede, Fabiola, Arantxa, Barry, Blanquita y coincidir en carrera con Lupe, Paula, conocer a Oscar, momentos inolvidables. Y Ramón Blanco, palabras mayores.
Reconozco que mi dedo seguía muy tocado, así que al final a pesar de la magia profesional de mi amiga Lupe, cada carrera me estaba costando más sobre todo a partir de ciertas distancias. Y la siguiente carrera eran palabras mayores, el Xalo. Fue durísima, casi 24 kms y 1400 desnivel positivo. Era como el laberinto hecho carrera, y nunca me olvidaré de ese cortafuegos, mirar para arriba, ver puntitos de colores y pensar que aún tendríamos que llegar allí arriba. Pero rendirse nunca. Alli volví a ver a otro gran amigo Pichi, conocí en persona a Sabela, grandes personas que me seguirían acompañando en este maravilloso mundo de trail.
Mayo, mi mes. Y empezaba con una participación inesperada y de última hora en el Lor. A veces lo inesperado se vuelve único y especial. Y vaya si lo fue. Mi equipo estaba desplazado en Os Ancares disfrutando de un fin de semana completo de entrenamiento, pero lo de hacer amigos te da estas ventajas así que gracias a Lupe, que ya no sólo era mi podóloga sino mi amiga, conocí a todos los grandes del Pasa ou Entorna, a Feli Fraga, y compartí con ellos Trail, con Alberto Barral, sufriendo hasta la última subida, y post Trail, con todos, la marea Jamaicana, y en mi corazón se convertirían a partir de aqúi en mi segundo equipo.
Acabé el mes con otra carrera de asfalto en mi Miño querido y el Trail de Mesoiro en el que nuevamente me acompañaron las buenas sensaciones, que no me abandonarían hasta bien acabado el verano.
Seguía recuperando mi sitio y gracias a esas personas que siempre están ahí, Luchi, mi morena, la rubia, José Luis, Cova, Lupe todo se hacía más fácil y Junio venía cargado de carreas con renombre, la primera Vilatuxe, en la que nuevamente hicimos noche en el albergue y conocimos a gente estupenda como Blas, Raquel, Carliños. Compartiendo por primera vez carrera con el gran Edel, y post trail con Yago, Lupe, Freire, Adri....disfrutando la paella, los podiums ajenos como si fueran tuyos, disfrutando del monte.
Siguiente parada Paderne y trail del Blanco Lexítimo, Carrerón espectacular y allí conocí a otra gran amiga, Paula Prado. Uno de los recorridos más bonitos que recuerdo.
Y llego el Trail das Fragas do Eume, las palabras se quedan cortas para explicar lo que supone este entorno para mi, así que lo dejaré en que era algo más que especial. Pero aquel día me levanté con una mala sensación en el cuerpo, con un premonición de que algo malo ocurriría, algo que siempre solía acertar, intenté quitarme aquello de la cabeza y avanzar, seguir adelante, y así lo hice.
Fue un trail precioso, con la mala suerte de la caída de Jose Luis y posterior esguince, pese a eso me vacié, y nuevamente un postrail de lujo junto a grandes como Alberto, Paula, y todo el Cas Montaña.
Pero la premonición no fallaría los cálculos y esa noche me llegó otra noticia que me dejaría en un pozo durante más tiempo del que nunca quise admitir. No me gusta hacer daño a nadie, aunque no quiera, aunque sea indirectamente, sea como sea, odio hacer daño. Desde pequeño me enseñaron a hacer el bien, a tratar a la gente con una sonrisa, pero a veces, para seguir tu camino  haces daño a otras personas, para poder avanzar has de dejar atrás cosas e historias, aunque te duela dejarlas, y pasan cosas. Fue el peor momento de mi vida. Recuerdo aquella noche. Recuerdo las personas a las que os lo conté. Recuerdo cada segundo que hablamos. Recuerdo cada segundo de aquella horrible noche con Xoel a mi lado. Recuerdo las lágrimas, el dolor de corazón. Ojalá no tuviera que recordarlo. Fueron unos días terribles pero pasaron, y gracias a Dios, gracias a lo que sea, y aunque eso hizo romper otras cosas, volviste a renacer y a pesar de todo hay pocas cosas por las que de más las gracias que por volver a verte sonreir.
Así y todo con ese terrible pesar en el estómago fui capaz de correr el Trail de Chandrexa, y aunque no era mi mejor día, ni mi mejor semana, lo compartí con grandes como Suka,  Felipe y familia, conoci a gente super maja,  a Trini, a Victor, en un entorno de calor terrible y asolador. A ella le dediqué aquel trail, en el que no dejé de pensar en todo aquello, en el que me vacié otra vez, y a pesar de la distancia que nos separa hoy no me arrepiento de sentir aquello. No me arrepiento de sentir porque cuando quieres a alguien, o lo quisiste mucho, nunca lo olvidas.
Pasé el verano descubriendo rutas por Andrade y lo disfruté y compartí. Y también disfruté el día del cumpleaños de Xoel del trail de Cuntis, ahí nació el espíritu de Cuntis, con Enrique y Edel, fue increíble, Xesteiras espectacular en el trato al corredor, callos, barriles de cerveza y un trail único que no pienso perderme. Grande y muy grandes ellos.
Iba a ir al trail de O Pindo, pero me fue imposible así que mi siguiente cita fue el Trail das Pontes.
Super espcecial por muchos motivos, rodeado de grandes amigos, Lupe y Oscar, las Paulas, y sobre todo porque fue el primer trail al que vino Xoel a recibirme,  y fue precioso, gracias  a mi hermana.
Septiembre marcaba un antes y un después porque era el mes de mi gran reto del año, la Xtreme Lagos de Covadonga. Antes una carrera rápida en el Mandeo, con mitad del Cas Sada, y conociendo al gran Chopim, Manu Muiño, Bisbi, grandes personas.
La preparación para una marathon de montaña y más con seis mil metros de desnivel debería ser especial, en mi caso fue más de cabeza que de cuerpo, pocos daban un duro por mi, gracias Blas, Lupe, Felipe y tantos otros que sí creisteis en mi, pero lo fácil era pensar en que era casi imposible. Lo máximo que había hecho en mi vida eran 30 kms y desnivel ni hablamos, una locura.
El pretrail con mis amigos Feli, Oscar y Lupe de lujo, y ya el día de la carrera compartiendo con Bego, el gran Fifty, Arantxa, a Armada Galega. ¿Como conseguí terminarla?. Primero usando la cabeza, en cuanto vi a un amigo asturiano, con ya seis Xtremes a sus espaldas me pegue a el como una lapa y así conseguí, no sin apuros, llegar al corte en 4 h 56 o sea, cuatro minutos antes de la hora, y a partir de ahí ya más tranquilos y casi sin correr, con el gran Julio Febles de El Hierro con el que me esperaban muchas aventuras este 2019. Nos conocimos en esos 20 kms, y es difícil explicar cuantas cosas puedes compartir en esos momentos, en esas horas, cuantos sentimientos, y hasta hoy.
No me olvido tampoco de Araceli esperándome con una 1906 fría en la llegada a meta, y la cena de esa noche con los Pasa ou Entrona, fue especial, mucho, un día inolvidable.
Y llegaron más, como aquel fin de semana en el que corrí el Trail do Soxal el sabado y el domingo el de Ribeira Sacra, al que casi no llego, gracias a Rosa y Manuel pude salir de aquel apuro, el día de la boina, grandes momentos junto a mi gran amiga Lupe, conocer a David Senra, disfrutar del post trail con ellos, con Oscar, conocer a Noly....Luintra, no te olvidaré.
Lo malo, es que no pude ir al de Parada do Sil por mi dedo, a pesar de la magia de mi querida Podóloga, tuve que descansar esa semana. Y la mala suerte quiso que al siguiente en Montefaro me diera un golpe en el mismo dedo con una piedra, cuando iba genial, como una moto y tuviera que retirarme, algún día tenía que pasar. Un trail bonito y divertido, amenizado por Jabalí, habrá que volver para acabarlo.
El que sí acabamos y acompañado del mi amigo Jose Luis fue el Trail das Bestas, que me encantó la verdad, allí conocí también un poco mas al gran Alex y viví en primera persona la humildad y la grandeza de Arca, enorme. Espectacular organización.
Una semana de desconexion en picos me hizo amar la montaña, ya no solo el trail, el monte, sino la montaña, difícil de explicar con palabras cuando lo que sientes va más allá. Repetiré todas las veces que pueda. Fueron 102 kms y 14 mil metros de desnivel en una semana intensa y única. Y de ahí al trail de Arteixo, Tral Jarnacho, fue una fiesta completa, antes, durante entrando en meta con mi gran amigo Jose Luis, y después compartiéndolo con David, con Manuel, Rosa, Sabela, Moss, y tantos y tantos amigos del monte.
Otra semana en los Pirineos de desconexión total, de mails interminables, de sueños, y vuelta a la realidad de el trail de Caaveiro el primero al que me acompañaría Xoel en la Ludoteca, otra experiencia genial y sin duda mi mejor y más rápido trail hasta la fecha. Allí sentí lo que es estar rodeado de amigos, algunos virtualmente y otros físicamente.
Y así acabó un año de trail, aunque guardaba para el final una sorpresa, en un giro del destino pude ir al Trail de Orro de Orientación con Feli Fraga y Lupe Rubio, y fue una experiencia gratificadora, especial, y que abre otro camino para el 2019 que está a punto de empezar.
Un año de trail, amigos y Rock n Roll que acabó con la mala noticia de la enfermadad de mi hermana, esa lacra, y en la que sufrimos con los primeros diagnósticos y morimos de alegría después de la operación, ya que no fue otra cosa que un milagro impulsado por todas las personas de gran corazón que estuvieron mandándonos toda su fuerza durante estos días. Os estaré eternamente agradecido. Creo que vale la pena todas las cosas malas que pasaron este 2018, si la recompensa es esta, al final todo todo te enseña. Poco después otro revés del destino en el trabajo, 16 años después me toca decidir si quiero mejorar dejando lo que quiero o empeoró por quedarme donde quiero estar, así es la vida, nadie dijo que fuera justa, ni fácil. Si algo me enseño este año es que nuestra actitud es lo que finalmente determina nuestros actos, que lo más importante es como encaremos las cosas, si te hundes ante cada cosa mala, si te dejas llevar por esa corriente acabarás en el fondo, si eres capaz de sacar la cabeza arriba y respirar, saldrás adelante, y mucho mejor si lo haces con una sonrisa. La vida son rachas, todo cambiará. Pero lo que  no cambiaría por nada es la cantidad de amigos que este año me ha dejado ahí, sin algunos de los cuales ya no sabría concebir mi vida, no sé si hay algo más bonito.



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